domingo, 13 de septiembre de 2009

Logothérapie de Viktor Frankl

Enrique de Mestral

Nos raisons de vivre, à l’école du sens de la vie

La logothérapie se préoccupe des aspirations et des frustrations existentielles du patient.
La vie a un sens qui est inconditionnel, jusqu’au dernier moment, jusqu’au dernier souffle et que la mort elle même peut être dotée de sens.
Ce sens doit être trouvé et en aucun cas donné. Le psychothérapeute ne doit pas imposer ses valeurs a un patient.
Il faut développer des esprits indépendants et inventifs, capables d’innovation et créativité.
Freud a assigné sa place a la religion, en la rangeant dans la catégorie de la névrose de l’espèce humaine…
Le principe de plaisir freudien oriente la vie du jeune enfant, tandis que le principe de puissance aldérien caractérise la vie de l’adolescent, et qu’enfin la volonté de sens constitue le principe organisateur de l’existence adulte.
La dimension du sens ne se manifeste qu’un stade avancé de développement.
On peut définir les valeurs comme l’ensemble des significations universelles qui se cristallisent dans les situations caractéristiques d’une société, auxquelles l’humanité dans s9on ensemble est appelée a se confronter.
L’individu ne sait jamais si, oui ou non, el est engagé dans le bons sens. Ignoramus et ignorabimus.
La conscience est un phénomène uniquement humain. Est le propre de la condition humaine, en ce sens qu’elle empreinte de la finitude. Mais elle n’est pas toujours un guide pour l’être humain en quête de sens, puisqu’elle peut aussi l’induire en erreur. A moins d’être perfectionniste, il doit donc accepter que sa conscience soit faillible.
Faire courageusement face a une souffrance au nom de la dignité qu’il se doit.
Le rapport entre l’homme et l’animal est d’une certain manière analogue au rapport que existe entre Dieu et l’homme. Par exemple: un grand signe que la science utilise pour la mise au point d’un vaccin et est sans cesse soumis a toutes sortes de ponctions, n’est pas en mesure de comprendre le sens de sa souffrance, parce qu’avec son intelligence limitée il lui est impossible d’entrer dans le monde des hommes, le seul monde dans lequel sa souffrance est compréhensible.
Ne peut-on imaginer un autre monde possible , un monde au-delà du monde humain, dans lequel la question du sens ultime de la souffrance humaine trouverait une réponse. L’homme est incapable de comprendre le sens ultime de la souffrance humaine parce que, comme l’a dit Albert Einstein “la pensé n’est tout simplement pas en mesure de nous révéler ce qui nous dépasse”.

martes, 8 de septiembre de 2009

El aborto provocado, ¿es un acto médico?

Enrique de Mestral

Comencemos por la definición de persona que rige desde hace quince siglos, la del filósofo Boecio: “sustancia individual de naturaleza racional”. Hoy sabemos también que la persona está dotada de voluntad libre. El problema está en que desde qué momento aplicamos esta definición al ser humano. Científicamente no existe ningún momento del desarrollo embrionario que marque una diferencia fundamental para hacerse persona. O en todo caso, qué era ese embrión un día antes o una hora antes. El único momento fundamental es la formación de un nuevo ser perteneciente a la especie humana en la unión del espermatozoide con el óvulo materno, es decir la concepción. Todo lo demás son etapas del desarrollo de lo mismo.

Si observamos un recién nacido absolutamente dependiente, ya lo tomamos como persona, y qué era un día antes del nacimiento, o tres meses, o nueve meses antes.

Todos recordarán de sus años de colegio que el derecho ordena la sociedad según criterios de justicia, y que la justicia es dar a cada uno lo suyo. Y que las personas son seres con voluntad libre. Y que la libertad implica la capacidad de hacer el bien o no hacerlo pero nunca autoriza a hacer el mal. Ratzinger decía que la libertad para destruirse o destruir a otros es una parodia diabólica.

Este tema de la libertad tiene nuevos horizontes en nuestra cultura post moderna. Se la quiere concebir como una autonomía absoluta. Y este concepto de autonomía absoluta es doblemente peligroso. Por un lado, si cada uno exige esta condición, entraríamos en luchas sin fin en la sociedad entre todos sus miembros. Y, en segundo lugar, esta autonomía absoluta, sólo la tendrían los seres crecidos y conscientes. Los embriones, fetos, niños, psicóticos, dementes, pacientes inconscientes o en coma no podrían ejercerla. Y entraríamos a definir como personas no a todo ser humano sino sólo a los que ejercen su autonomía. Y así quitaríamos los derechos más elementales a los no autónomos, incluido el derecho a la vida.

Entraríamos, pues, a aceptar el aborto (interrupción de la vida incipiente en cualquiera de sus etapas), la eugenesia (elección de los mejores para autorizarles a vivir), y la eutanasia (poner término intencionalmente a la vida de un enfermo que sufre) como derechos humanos. Pues quienes no se valen por sí mismos no tienen derecho a existir, o al menos lo tendrían sólo hasta que sus familiares lo permitan. Y en el caso del aborto, hasta que su madre lo permita.

Después ya se entra en el reclamo del aborto provocado como un derecho de la mujer, de disponer de su cuerpo, aunque el que esté dentro de su cuerpo no sea “su cuerpo”, ya que puede tratarse de un varoncito (sexo opuesto al de la madre), y puede hasta que tenga otro grupo sanguíneo. Facilitar los homicidios es una acción intrínsecamente injusta, y nadie puede reivindicar esos homicidios como un derecho.

Saldríamos del concepto clásico del derecho como garantía del bien común de la sociedad, y pasaríamos a la situación que el ordenamiento jurídico aseguraría a cada cual sus aspiraciones subjetivas, aunque estén al margen de la justicia. Lo mismo puede ocurrir (y ya está en camino en Europa y EEUU) el pretender como derecho a una muerte digna la aceptación de la eutanasia o el suicidio asistido. Asistiríamos a una redefinición de la justicia como una constante y perpetua voluntad de dar al más fuerte lo suyo y lo ajeno, al decir de Jorge Scala.

Cicerón, filósofo romano que vivió en el siglo anterior a Jesucristo, ya cuestionaba las leyes injustas. “Si bajo el reinado de Sixto Tarquino no existían en Roma ninguna ley escrita contra del adulterio, no por eso Sixto Tarquino, al violar a Lucrecia, dejó de despreciar la ley eterna. No; existía ya razón perfecta, emanada de la naturaleza de las cosas que impulsa al bien y retrae del delito; ésta no comienza a ser ley cuando se la escribe”.

Con la despenalización del aborto, bajo el pretexto de evitar muertes maternas (aunque no se eviten precisamente las muertes embrionarias o fetales), se inicia un camino que lleva a la legalización, es decir que se constituya en una prestación de la seguridad social. El paso siguiente será la imposición del aborto como un derecho sin aceptar siquiera la objeción de conciencia de parte de los profesionales de la salud.

Y hablando de estos últimos, justamente nosotros estamos para cuidar la vida, la salud, tratar las dolencias y enfermedades, aliviar a los enfermos con afecciones terminales e incurables; y en el caso de las enfermeras, acompañarlos muy cuidadosa y delicadamente, y muchas horas al día. En ningún texto de Medicina o de Bioética figura que la misión de la Medicina es destruir la salud o la vida, o dar recetas para ello. Estas actividades siempre fueron hechas al margen de lo legal, de la moral, y con remuneraciones secretas. Ni el médico, ni la enfermera, ni la obstetra, ni el anestesista tienen el deber de practicarlas aunque lo hagan a veces.

Muchos habrán visto secuencias televisivas sobre la práctica del aborto provocado, y trabajan ciertamente sobre la emotividad de las personas. Hoy ya se descubrieron maneras muy discretas de practicar lo mismo, impidiendo la implantación del óvulo fecundado o favoreciendo el desprendimiento de la mucosa uterina una vez implantado, con medios químicos o mecánicos.

De todo lo dicho concluimos que el aborto no es un quehacer de la Medicina.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Bioética en los países en desarrollo

Enrique de Mestral *
Umberto Mazzotti **
Darío Villalba ***

Siendo la bioética una disciplina nueva, que se ocupa del estudio sistemático de la conducta humana en temas de la vida y la salud, a la luz de los valores y principios que la han inspirado, hemos querido analizarla en el contexto de nuestros países.

La bioética es un campo prioritario y crucial en la lucha cultural entre el absolutismo de la técnica y la responsabilidad moral, y en el que está en juego la posibilidad de un desarrollo humano e integral (1).

Si bien la clonación, la fertilización in vitro, la utilización de células madre de origen embrionario son de gran implicancia ética y la manifestación de ese absolutismo de la técnica, no tienen en nuestro medio gran penetración, por la alta tecnología necesaria, los altos costos y la mínima franja social que podría tener acceso a ellas.

Por el contrario, nos encontramos con graves problemas de atentado contra la naturaleza como es el caso de vertederos sobre corrientes de agua dulce, ej. Cateura sobre el Río Paraguay, basurales sin control que afectan a la salud de la población, agroquímicos de uso masivo al costado de poblaciones campesinas, que dañan el suelo, los cursos de agua y su salud.

El Paraguay duplica su población en unos 20 años. Formamos parte del 82 % de la población mundial, los llamados países “en desarrollo”, con gran mayoría de pobres así como todos los demás de este grupo. El 18 % restante (primer mundo o países desarrollados) “gobierna” el planeta a través de las multinacionales, las onegés, los organismos de las Naciones Unidas, con implantación de políticas poblacionales, económicas y sociales. Es bochornoso ver como todos los Ministerios de Salud de nuestros países deben ajustarse a parámetros de control poblacional, no teniendo en cuenta la dignidad del inicio de la vida.

En cuanto a la planificación familiar, ya el informe Kissinger hablaba de la necesidad de frenar el crecimiento demográfico de los pueblos pobres y describía métodos precisos para lograrlo. Hoy en día existen políticas concretas para frenar nuestro crecimiento poblacional en vez de apuntar al desarrollo humano. Se suma a esto una fuerte tendencia a implementar leyes que regulen o despenalicen la interrupción de los embarazos no deseados, argumentando que así protegeríamos de complicaciones a las madres que abortan a sus hijos. Es como proteger al criminal para que mate sin mancharse las ropas. Este modo de pensar ofende a la razón.

El desamparo de los niños en situación de calle o de las embarazadas adolescentes rechazadas por su medio familiar, la violencia doméstica contra los niños y mujeres, el abuso de mujeres a temprana edad, la mendicidad, son temas candentes que tocan a la ética de la sociedad y tienen mucha influencia sobre la salud de la población.

La detección tardía del cáncer de cuello uterino y de mama, que son entidades tratables a tiempo es debida a la poca información que llegue a las usuarias, a su desidia a veces y sobre todo a la ignorancia del pueblo.

El escaso o casi nulo desarrollo de los cuidados paliativos hace que gran número de pacientes terminales sigan teniendo un tratamiento inadecuado o desproporcionado en hospitales preparados para hacer frente solo a enfermedades agudas y graves y con un enfoque exclusivamente biomédico. La deficiencia de la legislación al respecto hace menos probable aun que se implementen estos cuidados frente a la falta de conocimiento de parte de los profesionales de la salud de conceptos como medios ordinarios, extraordinarios, proporcionados, desproporcionados, limitación del esfuerzo terapéutico, eutanasia, suicidio asistido o eugenesia.

La escasa disponibilidad de los analgésicos opioides (morfina sobre todo) ya sea por la dificultad en su prescripción (recetarios cuadruplicados que se consiguen solo en el Ministerio de Salud) o por la ignorancia en su uso por la mayoría de los médicos, hace que gran número de pacientes necesitados de una adecuada paliación de sus dolores, no accedan a este recurso sencillo.

Hace unos cinco años se viene implementando en algunas facultades de medicina e institutos de enfermería el estudio de la bioética que influirá en algunos años mas a impregnar de todos estos conceptos a la clase profesional de la salud.

La discusión de estos temas es apasionante con los jóvenes estudiantes de medicina o enfermería. Ellos culminan la materia con capacidad para analizar estos temas con criterio propio. Y son ellos los que verán en su vida profesional cada vez más dilemas que analizar a medida que la ciencia y la técnica vayan presentado adelantos que no siempre contribuyen al fortalecer o respetar la dignidad humana.

El nuevo nombre de la paz es el desarrollo. Es hacia eso que deberíamos apostar y no a impedir la venida de seres humanos ni a destruirlos. Con escasa población no se dan las oportunidades para que surjan hombres capaces de iluminar a los demás.

La educación será el pilar del desarrollo. Ella no debe estar dirigida solamente a que les de la posibilidad de saber hacer algo sino que debe ser integral. Desde la educación de los afectos en el seno del hogar, los aspectos cognitivos con la educación formal, el conocimiento de las normas de convivencia social, los valores y por último (y lastimosamente muy pocos), acceden a la vivencia de la espiritualidad, abiertos a la trascendencia y a Dios.

En todas las culturas se dan singulares y múltiples convergencias éticas, expresiones de una misma naturaleza humana, querida por el Creador, y que la sabiduría ética de la humanidad llama ley natural (2).

El respeto de los derechos humanos, coincidencia de toda la racionalidad, debe ser el eje de la educación en valores.

1. Benedicto XVI. Caritas in veritate, 74
2. Benedicto XVI. Caritas in veritate, 59.

* Profesor titular de la FCM. Cátedra de Ética médica y Bioética
** Departamento de Oncología del Hospital de Clínicas. Especialista en Cuidados Paliativos
*** Especialista en Oncología y Bioética

El cerebro humano

Enrique de Mestral

Aunque el origen del hombre se remonta a unos 200.000 mil años, en lo que hoy es Kenia, el lenguaje simbólico apareció hace unos 30.000 años aproximadamente, el cual permite la comunicación del pensamiento mediante símbolos arbitrarios llamados palabras. Aunque sólo tenemos evidencias del pensamiento racional y la discusión crítica en la era de la cultura griega.

Fue una mutación genética en el cromosoma 7 lo que nos otorgó la capacidad de hablar mediante el lenguaje simbólico, es decir con palabras. Se le suma a este nuevo ser una cuarta tribulación, la anticipación simbólica, a las ya conocidas amenaza externa, pérdida de la jerarquía social y la privación del vínculo de seguridad. En verdad somos la única criatura que se preocupa debido a nuestra capacidad de futurizar.

Hemos desarrollado un extraordinario sistema de defensas contra el estrés (amenaza externa) mediante la adaptación de nuestro eje hipotálamo hipofisario adrenal. Una vez que este sistema se pone en funcionamiento gracias a la acción de los mediadores adrenalina, noradrenalina, glucocorticoides y el freno a la inmunidad innata por el sistema simpático para la defensiva, viene luego el parasimpático para desactivar todo y reponer el estado de armonía. Muchas personas desencadenan mal la defensiva, y otras no pueden desactivar, lo cual trae consecuencias negativas para la salud.

El cerebro funciona con una admirable complejidad cuando razona, calcula, formula el lenguaje o establece los límites éticos.

La Neuropsicología es la rama de las neurociencias que estudia las relaciones entre el cerebro y la conducta tanto en sujetos normales como en aquellos que han sufrido algún daño cerebral. La neuropsicología clínica es la aplicación de ese conocimiento para la evaluación, tratamiento y rehabilitación de los individuos aquejados por patologías en los que existen daños, lesiones o deficiencias en los mecanismos cerebrales subyacentes a uno o más comportamientos.

La Neurosicología Clínica estudia las funciones cerebrales superiores con enfoque en las áreas de la corteza asociativa. Utiliza modelos humanos porque reconoce la especificidad de cada especie. No obstante, puede valerse de estudios de neuropsicología animal, que por cierto no son extrapolables, para formular hipótesis, ya que no es posible realizar todos los experimentos en seres humanos por motivos éticos.

El sustrato neurológico del lenguaje está en el área irrigada por la arteria cerebral media del lado izquierdo del cerebro (red peri silviana izquierda). Su polo posterior lo constituye la zona de Wernicke. Su función es la de transformar la aferencias sensoriales en representaciones verbales de modo a que tengan significancia. Y el polo anterior, la zona de Broca transforma esas representaciones neurológicas en lenguaje articulado. El daño de estas zonas produce la afasia (denominación de objetos, sintaxis, comprensión, deletreo, repetición).

Existe otra área (parieto frontal) relacionada con la capacidad de orientación. Esta función está más concentrada en el lóbulo parietal derecho. En caso de daño en esta zona puede haber hemineglicencia izquierda (para el paciente no existe el lado izquierdo), apraxia constructiva (el paciente no puede copiar un dibujo simple).

La red occipitotemporal sirve para el reconocimiento de objetos y caras, zona irrigada por las arterias cerebrales posteriores.

El sistema límbico (parte del tálamo, del estriado, el hipocampo, la amígdala y el hipotálamo) tiene funciones endócrinas, emocionales y de la memoria. La zona está irrigada por las arterias cerebrales anteriores y posteriores.

En la red pre frontal asientan la atención, funciones cognitivas y el comportamiento. Es la zona cerebral de mayor desarrollo en los primates y los humanos. Integra el pensamiento con las emociones y las motivaciones. Su integridad nos permite apreciar el contexto, las opciones, las consecuencias de las acciones, de modo a formular decisiones. El daño de esta zona impide la flexibilidad mental, la capacidad de prevision, la perspicacia, la concentración, el pensamiento abstracto, la formulación de hipótesis, el sentido común, el juicio y la habilidad de inhibir las respuestas inapropiadas. A ese paciente le costaría aprender de la experiencia, sentir culpa, y puede estar abúlico. Presentará déficit en el examen que requiere atención.

Esta red es muy amplia y puede tener componentes subcorticales (en el tálamo) y conexiones con otras redes del cerebro.

En 1975, Folstein y McHung elaboran el Mini Test Mental con la idea de proporcionar un análisis breve y estandarizado del estado mental. Hoy en día se lo utiliza sobre todo para detectar y evaluar la progresión de trastornos cognitivos asociados a enfermedades neurodegenerativas como la de tipo Alzheimer. Se trata de una sencilla escala estructurada, que no requiere más de 5 - 10 minutos para su administración.

La genialidad del test es indudable pues recorre las diferentes redes cerebrales conocidas que son citadas más arriba.

Consta de treinta puntos posibles. Examina diferentes funciones y redes cerebrales y nos indica si un paciente se acerca o no a lo que denominamos demencia (pérdida de las funciones adquiridas). Concede 5 puntos a la orientación espacial, 5 a la orientación temporal, 5 a las tareas de atención y concentración, 3 a la capacidad de retención inmediata en la memoria, 3 a la evocación de datos adquiridos recientemente, 1 a la escritura, 1 a la repetición de una frase sin sentido (sólo para examinar el circuito arcuato, la conexión entre las áreas de Wernicke y Broca), 2 para la denominación de objetos, 3 para las órdenes complejas, 1 para la ejecución gestual de una orden escrita, 1 para la praxia constructiva.

Un resultado inferior a 17/30 nos aproxima al síndrome de demencia que puede ser definida como el deterioro de las funciones cognitivas que dificulta las actividades de la vida diaria realizadas previamente. La memoria es la primera afectada. A otras funciones afectadas como orientación, cálculo, juicio, solución de problemas, comprensión, aprendizaje, pueden sumarse las alteraciones de los estados del humor y de la percepción.

Es muy importante caracterizar los déficits de modo a planificar la ayuda de rehabilitación. Algunos se beneficiarán de la terapia del habla, terapia cognitiva, otros de un desarrollo de áreas que puedan suplir a las dañadas, por ejemplo desarrollando el área temporal del cerebro derecho en afasias de Wernicke. La explicación del déficit a los parientes puede mejorar la contención del paciente.


Bibliografía:

-Soria, C. Alostasis, carga alostática y regulación epigenética. XXIV Congreso Argentino de Psiquiatría, 17-20 abril 2008, Sheraton, Mar del Plata.
-Mesulam, M. Aphasias and other focal cerebral disorders. In: Harrison’s Principles of Internal Medicine, 17th Ed. MacGraw N.Y. 2008.
-Benchimol, J. Maggi S. Mini test mental de Folstein. Medicina Geriátrica. (2005).
-www.medicinageriatrica.com.ar
-JAMA 1993; 269:2386-2391.
-Gil, R. Neuropsicología. Elsevier Masson, 4ª Ed. 2007.

Caritas in veritate - Benedicto XVI

Resumen

Enrique de Mestral


1. Todos los hombres perciben el impulso interior de amar de manera auténtica; amor y verdad nunca los abandonan completamente, porque son la vocacion que Dios ha puesto en el corazón, en la mente de cada ser humano.
59. En todas las culturas se dan singulares y múltiples convergencias éticas, expresiones de una misma naturaleza humana, querida por el Creador, y que la sabiduria ética de la humanidad llama ley natural.
30. Las exigencias del amor no contradicen las de la razón. El saber humano es insuficiente y las conclusiones de las ciencias no podrán indicar por si solas la via hacia el desarrollo integral del hombre.
31. Esto significa que la valoraciàon moral y la investigacion científica deben crecer juntas.
La excesiva sectorización del saber, al cerrarse de las ciencias humanas y a la metafísica, las dificultades del diálogo entre las ciencias y la teología, no sólo dañan el desarrollo del saber, sino también el desarrollo de los pueblos, pues, cuando eso ocurre, se obstaculiza la vision de todo el bien del hombre en las diferentes diimensiones que lo caracterizan.
5. El origen de la caridad es el amor que brota del Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo. La Doctrina Social de la Iglesia responde a esta dinámica de caridad recibida y ofrecida.
6. La justicia es la primera vía de la caridad, su medida mínima. La caridad va más allá de la justicia.
39. El mercado de la gratuidad no existe y las actitudes gratuitas no se pueden prescribir por ley. Sin embargo, tanto el mercado como la política tienen necesidad de personas abiertas al don recíproco.
8. El anuncio de Cristo es el primero y principal factor de desarrollo.
18. El Evangelio es el factor fundamental del desarrollo. La finalidad suprema del desarrollo personal es humanismo transcendental, que da al hombre su mayor plenitud.
19. La falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos es la causa del subdesarrollo.
21. El desarrollo: salir del hambre, la miseria, las enfermedades endémicas, y el analfabetismo. Debe producir un crecimiento real, extensible a todos y concretamente sostenible.
28. En los países económicamente más desarrollados, las legislaciones contrarias a la vida están muy extendidas y han condicionado ya las costumbres y la praxis, contribuyendo a difundir una mentalidad antinatalista, que muchas veces se trata de trasmitir también a otros estados como si fuera un progreso cultural.
Algunas organizaciones no gubernamentales, además, difunden el aborto, promoviendo a veces en los países pobres la adopción de la práctica de la esterilización, incluso en mujeres a quienes no se pide su consentimiento. Por añadidura, existe la sospecha fundada de que, en ocasiones, las ayudas al desarrollo se condicionan a determinadas políticas sanitarias, que implican de hecho la imposición de un fuerte control de la natalidad. Preocupan también tanto las legislaciones que aceptan la eutanasia como las presiones de grupos nacionales e internacionales que reivindican su reconocimiento juridico.
33. La globalización: estallido de la interdependencia planetaria. Habría que orientarla a la civilización del amor, de la cual Dios ha puesto la semilla en cada pueblo y en cada cultura. Ignorar que el hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el dominio de la educación, de la política, de la acción social y de las costumbres.
42. A pesar de algunos aspectos estructurales innegables, pero que no se deben absolutizar, la globalizacion no es a priori, ni buena ni mala. Será lo que la gente haga de ella. Debemos ser sus protagonistas, no las víctimas, procediendo razonablemente, guiados por la caridad y la verdad..., de modo que la redistribución de la riqueza no comporte una redistribución de la pobreza. Su meta debe ser una humanización solidaria.
43. Se aprecia con frecuencia una relación entre la reivindicación del derecho a lo superfluo, e incluso a la transgresión y al vicio en las sociedades opulentas, y la carencia de comida, agua potable, instrucción básica, o cuidados sanitarios elementales en ciertas regiones del mundo subdesarrollado y también en la periferia de las grandes ciudades.
La exacerbación de los derechos conduce al olvido de los deberes. Los deberes delimitan los derechos, porque remiten a un marco antropológico y ético en cuya verdad se insertan también los derechos y así dejan de ser arbitrarios. Por este motivo, los deberes refuerzan los derechos y reclaman que se los defienda y promueva como un compromiso al servicio del bien. En cambio, si los derechos del hombre se fundamentan sólo en las deliberaciones de una asamblea de ciudadanos, pueden ser cambiados en cualquier momento y, consiguientemente, se relaja en la conciencia común el deber de respetarlos y tratar de conseguirlos. Los gobiernos y los organismos internacionales pueden olvidar entonces la objetividad y la cualidad de «no disponibles» de los derechos. Cuando esto sucede, se pone en peligro el verdadero desarrollo de los pueblos. Comportamientos como éstos comprometen la autoridad moral de los organismos internacionales, sobre todo a los ojos de los países más necesitados de desarrollo. En efecto, éstos exigen que la comunidad internacional asuma como un deber ayudarles a ser «artífices de su destino», es decir, a que asuman a su vez deberes. Compartir los deberes recíprocos moviliza mucho más que la mera reivindicación de derechos.
44. La concepción de los derechos y de los deberes respecto al desarrollo debe tener también en cuenta los problemas relacionados con el crecimiento demográfico. Es un aspecto muy importante del verdadero desarrollo, porque afecta a los valores irrenunciables de la vida y de la familia. No es correcto considerar el aumento de población como la primera causa del subdesarrollo, incluso desde el punto de vista económico: baste pensar, por un lado, en la notable disminución de la mortalidad infantil y al aumento de la edad media que se produce en los países económicamente desarrollados y, por otra, en los signos de crisis que se perciben en la sociedades en las que se constata una preocupante disminución de la natalidad. Obviamente, se ha de seguir prestando la debida atención a una procreación responsable que, por lo demás, es una contribución efectiva al desarrollo humano integral. La Iglesia, que se interesa por el verdadero desarrollo del hombre, exhorta a éste a que respete los valores humanos también en el ejercicio de la sexualidad: ésta no puede quedar reducida a un mero hecho hedonista y lúdico, del mismo modo que la educación sexual no se puede limitar a una instrucción técnica, con la única preocupación de proteger a los interesados de eventuales contagios o del «riesgo» de procrear. Esto equivaldría a empobrecer y descuidar el significado profundo de la sexualidad, que debe ser en cambio reconocido y asumido con responsabilidad por la persona y la comunidad. En efecto, la responsabilidad evita tanto que se considere la sexualidad como una simple fuente de placer, como que se regule con políticas de planificación forzada de la natalidad. En ambos casos se trata de concepciones y políticas materialistas, en las que las personas acaban padeciendo diversas formas de violencia. Frente a todo esto, se debe resaltar la competencia primordial que en este campo tienen las familias.
45. Mucho depende del sistema moral de referencia.
47. En las iniciativas para el desarrollo debe quedar a salvo el principio de la centralidad de la persona humana.
48. Es contrario al verdadero desarrollo considerar la naturaleza como más importane que la persona humana misma.
51. La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación. Debe proteger sobre todo al hombre contra la destruccion de si mismo.
Es una grave antinomia de la mentalidad y de la praxis actual, que envilece a la persona, trastorna el ambiente y daña a la sociedad.
Si no se respeta el derecho a la vida y a la muerte natural, si se hace artificial la concepción, la gestación y el nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigación, la conciencia común acaba perdiendo el concepto de ecologia humana y con ello de la ecologia ambiental.
67. Una autoridad política mundial que debe comprometerse con un auténtico desarrollo humano. Deberá estar regulada por el derecho, atenerse de manera concreta a los principios de subsidiariedad y de solidaridad y estar ordenada a la realización del bien común.
69. En la técnica se manifiesta el dominio del espíritu sobre la materia. Ella es el aspecto objetivo del actuar humano.
70. Pero puede tener un rostro ambiguo. Puede entenderse como elemento de una libertad absoluta.
74. La bioética es un campo prioritario y crucial en la lucha cultural entre el absolutismo de la técnica y la responsabilidad moral, y en el que está en juego la posibilidad de un desarrollo humano e integral. Este es un ámbito muy delicado y decisivo, donde se plantea con toda su fuerza dramática la cuestión fundamental: si el hombre es un producto de sí mismo o si depende de Dios. Los descubrimientos científicos en este campo y las posibilidades de una intervención técnica han crecido tanto que parecen imponer la elección entre estos dos tipos de razón: una razón abierta a la trascendencia o una razón encerrada en la inmanencia.
75. Puede manifestarse en un absolutismo dictando el modo de concebir, manipulando la vida en la FIVET, la investigación con embriones, la clonación, la hibridación. A la plaga del aborto podría sumarse una sistemática planificación eugenésica y una mentalidad eutanásica. Detrás de estos escenarios hay planteamientos culturales que niegan la dignidad humana.
77. El absolutismo de la técnica tiende a producir una incapacidad de percibir todo aquello que no se explica con la pura materia.
78. Sin mí nada podéis hacer Jn 15, 5.